Brutus

Hijo de papá.

¿Conocéis las páginas rosas del Petit Larousse? Lejos de enriquecer el léxico de los amantes de las novelas de color rosa, estas páginas, al contrario que las más serias, reseñan las más célebres locuciones latinas, y son conocidas como la fuente principal de las eternas citas utilizadas a discreción por los autores de los álbumes de Astérix. Una de ella, en especial, es objeto de un gag recurrente (un «running-gag», como dicen nuestros amigos bretones) y siempre renovado. Se trata del famoso «¡Tu quoque, fil!», exclamación de ira atribuida a Julio César al reconocer entre sus asesinos a Marcus Junius Brutus, su hijo adoptivo. Las alusiones premonitorias a este suceso tan dramático no faltan en Astérix y se puede ver, por ejemplo, como en el álbum >El adivino Brutus juguetea con su puñal mientras un adivino le explica César que no tiene nada que temer del futuro mientras tenga a su hijo adoptivo al lado. En El Hijo de Astérix, Albert Uderzo dota de un cariz muy diferente a este personaje hasta palidecer su figura ante la sombra de su padre, el Emperador. Es en este álbum cuando en verdad se convierte en un personaje amenazador, dispuesto a deshacerse de la competencia que representa su joven rival Cesarión, hijo de César y Cleopatra. Su ira le llevará a quemar la aldea gala, hecho que tendrá como resultado el descubrimiento de su traición a César, provocando en éste su cólera imperial. Y es así como en las aventuras de Astérix aprendemos todo aquello que no nos dice el Petit Larousse: como Brutus acaba, finalmente, por desear la muerte de César. ¡Astérix y Alain Decaux (gran historiador francés), la misma lucha!

¿En qué libro?

4 - Astérix Gladiador
15 - La Cizaña
19 - El Adivino
27 - El Hijo de Astérix
38 - La Hija de Vercingétorix