Laurence Gossart, doctora en Artes de la Universidad Paris I Panthéon-Sorbonne
¿Cuál es la historia del lirio?
El lirio apareció en el Cretácico, un periodo que terminó hace sesenta y seis millones de años. Es una flor pequeña pero de gran valor. Es uno de los símbolos
egipcios, asociado especialmente a Horus, el dios del cielo. El lirio pertenece al género «iris» e Iris era una diosa griega favorita de Hera, pues solía entregar buenas noticias. Iris viajaba a la Tierra desplazándose precisamente sobre el arcoíris.
Hay muchas variedades de lirios y de iris: las más famosas son el iris alemán (iris germanica) y su variedad florentina (iris florentina). Este último, blanco, es el lirio del título y el que se encontraba por todo el Mediterráneo en la antigüedad. Ese sería el que conocerían y usarían los griegos y los romanos. Más tarde, en el siglo vi, Clodoveo I, rey de los francos, haría de esta flor el símbolo que se conoce hoy como la flor de lis. Luis VII de Francia la incorporaría a su escudo en el siglo xi y a partir de entonces la flor de lis se consideró el emblema de los reyes de Francia. Quinientos años más tarde pasó a formar parte del escudo de la dinastía Borbón como un campo de flores de lis doradas sobre fondo blanco.